Lipoma en la espalda: ¿es realmente inofensivo?

Lipoma en la espalda: ¿es realmente inofensivo?

Lipoma en la espalda: ¿es realmente inofensivo?

bolita de grasa en la espalda

La extracción quirúrgica es el método más eficaz para extirpar el lipoma en la espalda, un bulto de grasa que no suele entrañar ningún peligro para el paciente

Lo palpa de forma accidental o lo vislumbra de pronto en un espejo: en su espalda ha aparecido un bulto. Rápidamente, la incertidumbre y la preocupación se apoderan de usted. No obstante, en muchas ocasiones no se trata de un tumor maligno ni entraña ningún peligro para la salud. Simplemente es un lipoma en la espalda.

Este bulto de grasa suele ser completamente inofensivo. Está compuesto de adipocitos, las células de grasa que conforman el tejido adiposo. Por esta razón, son suaves y pastosos al tacto, y se pueden mover ejerciendo presión con los dedos.

A pesar de que los lipomas pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, son más frecuentes en áreas como el cuello, los hombros, los brazos, los muslos, el abdomen o la espalda.

Precisamente, esta última zona es donde más crecen antes de ser detectados. ¿El motivo? Es muy difícil verlos sin la ayuda de un espejo o de otra persona. Esto hace que muchos pacientes convivan con un lipoma en la espalda sin ser conscientes de ello y, cuando finalmente lo encuentran, sus dimensiones generan inquietud.

«Cuando salen en la espalda las personas solo se suelen dar cuenta cuando ya son grandes, o bien porque lo palpan o bien porque lo ve alguien», explica Iván Domínguez, cirujano del Hospital San Rafael de A Coruña.

¿Causa dolor el lipoma en la espalda?

El crecimiento del lipoma en la espalda no se produce súbitamente. Todo lo contrario. Su tamaño va aumentando de manera progresiva con el paso del tiempo. Y, aunque algunos no superan los cinco de diámetro centímetros, otros no tardan en dejar atrás esta cifra. «Crecen hasta el tamaño que les dejes crecer. Algunos lipomas pueden crecer hasta los veinte centímetros», aclara el doctor Domínguez.

Generalmente, estos tumores de tejido blando benigno no están ubicados a un nivel muy profundo, sino que se encuentran justo debajo de la piel, en la zona subcutánea. Por consiguiente, la gran mayoría son indoloros y asintomáticos. Una de las causas por las que muchas personas no los detectan hasta que los ven o los palpan.

Sin embargo, toda regla tiene su excepción. Cuando el lipoma en la espalda crece de modo considerable, podría llegar a presionar los nervios cercanos y causar microtraumatismos en el área afectada. En estos casos, el paciente sí experimentaría dolor. Además, como apunta Iván Domínguez, el lipoma en la espalda «se puede inflamar porque las personas se apoyan sobre él, y eso genera molestias».

No existe una causa definida para su aparición. La edad es uno de los pocos factores de riesgo conocidos: los lipomas son comunes entre las personas con una edad superior a los cuarenta años. Y la genética también podría jugar un papel importante.

Existen familias en las que varias generaciones sufren de lipomatosis múltiple, una acumulación de diversos bultos de grasa en una parte concreta del cuerpo. Cuando aparecen dos o más lipomas de manera simultánea en varios miembros de la familia, estaríamos hablando de lipomatosis familiar múltiple.

¿Lipoma o liposarcoma?

Un lipoma no es un cáncer. Es un tumor benigno compuesto por grasa que no entraña peligro. Y no es necesario tratarlo, a menos que cause dolor o su tamaño aumente de forma significativa.

No obstante, a veces los temores no son infundados. En determinadas ocasiones, en lugar de un bulto de grasa puede tratarse de un liposarcoma: un tumor canceroso poco frecuente que se forma en el tejido graso. Entonces, ¿cómo diferenciarlos para salir de dudas?

Aunque solo un profesional de la salud puede confirmar el diagnóstico, existen una serie de señales que pueden dar una pista sobre el nivel de riesgo del bulto. Para empezar, si tras aplicar presión con el dedo, este se mueve, es probable que estemos ante un lipoma, ya que los liposarcomas no suelen moverse.

Por otro lado, como hemos visto previamente, gran parte de los lipomas son indoloros. En consecuencia, si el bulto produce molestias continuamente, habría que contemplar la posibilidad de que se trate de un liposarcoma.

De todos modos, el doctor Domínguez asegura que «es infrecuente que sea algo maligno. Aun así, el paciente nota el bulto y tiene la preocupación de qué será, por lo que muchos prefieren quitárselo para analizarlo».

El diagnóstico del lipoma en la espalda

La exploración física es el primer paso para realizar el diagnóstico del lipoma en la espalda. A continuación, el especialista puede llevar a cabo una biopsia, extrayendo una muestra de tejido para analizarla en un laboratorio especializado. Además, se suelen ejecutar pruebas por imágenes, como la ecografía, la radiografía o la resonancia magnética, especialmente cuando el tamaño del lipoma es muy sustancial.

Estas pruebas revelan sus dimensiones exactas y su localización. Una información de extrema utilidad, pues le indica al médico si el bulto se halla próximo a los nervios o a los vasos sanguíneos o si tiene contacto con músculos o articulaciones. Y así es posible dilucidar de qué clase de lipoma en la espalda se trata.

A pesar de que los subcutáneos son los más habituales, también hay lipomas intramusculares, aquellos que se encuentran entre los músculos. Por ejemplo, si crecen en lugares como el músculo subescapular, no solo causan molestias, sino que también afectan al movimiento e impiden una movilización completa de la articulación. Y, al mismo tiempo, pueden meterse por debajo del hueso. En este caso, la extracción es más complicada.

Una vez se ha confirmado el diagnóstico y se ha determinado su tipología, el paciente puede escoger si desea limitarse a controlarlo periódicamente u opta por extirparlo. Casi siempre, la retirada del lipoma en la espalda se realiza por motivos estéticos, pues no suele causar dolor ni representa ningún obstáculo en la vida diaria de la persona afectada.

¿Cómo eliminar un lipoma en la espalda?

Cuando un paciente quiere despedirse del lipoma en la espalda, ya sea por molestias o por razones estéticas, puede escoger entre dos alternativas. Para comenzar, se halla la extracción quirúrgica. Una intervención rápida y sencilla, mediante la cual se efectúa un corte para separar el tumor de los tejidos. Tras eliminar el bulto, el cirujano sutura la incisión.

Pero también es posible someterse a una liposucción y deshacerse de la grasa con una aguja y una jeringa. Las personas que desean evitar las cicatrices a toda costa suelen optar por esta técnica, pero el precio a pagar podría ser alto. Y es que la liposucción entraña un riesgo elevado de reaparición del lipoma, ya que no es difícil que queden restos de sus células dentro del organismo.

«Lo ideal es una cirugía mínima con anestesia local», sostiene Iván Domínguez. Un procedimiento que «dura entre quince minutos y media hora y permite al paciente reincorporarse al trabajo ese mismo día, dependiendo de la zona», añade el cirujano.

En caso de que el lipoma sea muy grande o se encuentre cerca de estructuras o debajo de los músculos, podría ser necesario aplicar anestesia general. En los cuadros más complicados, es frecuente derivar al paciente a otro especialista, como a un cirujano plástico o a un traumatólogo.

Pero, en la mayoría de las situaciones, la cirugía es el aliado más eficaz. Sobre todo, porque su postoperatorio dista mucho de ser un proceso duro e incómodo.

¿Qué pasa después de la operación?

«Los pacientes salen sin molestias y con el mejor resultado estético. Después de la cirugía el dolor es mínimo. El paciente solo tiene que mantener la herida limpia y seca y aplicar Betadine. A los quince días hacemos una reevaluación, quitamos los puntos y le damos recomendaciones para que la cicatriz sea lo menos crónica posible, con las pomadas cicatrizantes», detalla el doctor Domínguez.

De esta manera, el paciente puede retomar su vida el mismo día de la intervención. De todas formas, durante las primeras semanas se recomienda no realizar esfuerzos con la zona afectada y evitar movimientos muy intensos. Y al cabo de seis meses y del año es fundamental regresar a la consulta, con el fin de comprobar que todo evoluciona adecuadamente y el lipoma en la espalda no ha vuelto a aparecer.

«Es importante sacarlo por completo para que no recidive. Los lipomas son pediculados y, si dejas una célula o alguna parte, va a volver a salir. Con esta mínima incisión se consigue una extirpación completa de la lesión con un buen resultado estético», afirma el especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo.

Esta reaparición también depende de otros factores, como el número de bultos. Si hay múltiples lipomas, es más probable que reaparezcan de nuevo. Por la contra, si ha sido una situación anecdótica y puntual, normalmente la cirugía logra curarlo de modo definitivo.

La extracción de lipomas, una práctica rutinaria en el Hospital San Rafael

La aparición de lipomas es una afección relativamente común. Y, a pesar de ser inofensivos, muchas personas desean pasar por quirófano para decirles adiós.

Los profesionales del Hospital San Rafael de A Coruña han adquirido una experiencia inmensa en este tipo de procedimientos. Cirujanos como Iván Domínguez ya ayudan a cientos de pacientes a acabar con el lipoma en la espalda de manera rápida y segura.

«Hacemos unas diez o quince intervenciones mensuales. Es una patología muy frecuente», comenta el facultativo, que también se ha especializado en la extirpación de quistes sebáceos, otra clase de tumores cutáneos compuestos de grasa y bacterias que se suelen confundir con los lipomas y solo se eliminan mediante la cirugía.

Por otro lado, muchas de las personas que entran en la consulta padecen lipomatosis múltiple y aspiran a deshacerse de varios lipomas en la misma operación. En estos casos, es habitual utilizar sedación para que la intervención no sea incómoda. Además, la anestesia local tiene un límite, por lo que en pacientes con decenas de tumores es más recomendable emplear la anestesia general.

De todos modos, los especialistas del Hospital San Rafael de A Coruña emprenden un análisis profundo de cada paciente y desarrollan un tratamiento personalizado a sus circunstancias, con el objetivo de proporcionarle los mejores resultados.

This post was last modified on December 3, 2024 5:11 am